miércoles, 10 de febrero de 2016

Las elecciones de Burkina Faso por Yazon Boue

CARLOS VILLALBA


El 29 de noviembre de 2015, se produjeron elecciones presidenciales y legislativas en Burkina Faso. De esta forma, se daba fin a un año de transición que comenzó en octubre de 2014 con las revueltas populares que darían lugar a la salida del presidente, por aquel entonces, Blaise Compaoré. El presidente culminaba así veinte siete años de presidencia al frente del su partido CDP (Congreso por la Democracia y el Progreso).
En dichas elecciones el candidato Roch Marc Christian Kaboré ganó las presidenciales, en la primera ronda, con el 53,5% de los votos. Su partido, el MPP (Movimiento Popular por el Progreso), se convirtió en la primera fuerza en las legislativas pero sin embargo no consiguió la mayoría absoluta.

Vamos a realizar un análisis de los resultados de dichas elecciones de la mano de Yazon Boue. Yazon es actualmente profesor de Historia y Geografía en el Instituto Provincial de Tuy y ha sido alcalde de la Comuna de Houndé durante ocho años (2006-2014). Además de haber sido alcalde de esta localidad, que cuenta con 100.000 habitantes, es miembro del partido CDP desde su creación en 1996.

¿Qué valoración hace usted de los resultados de las elecciones del 29 de noviembre de 2015?

Las elecciones dobles, presidenciales y legislativas, del 29 de noviembre han suscitado numerosos temores. Muchas personas predijeron una crisis postelectoral, en el sentido de que los resultados serían cuestionados y conducirían a manifestaciones en la calle. Afortunadamente no ha sido así.
Los resultados han sido sorprendentes. En primer lugar, no fueron cuestionados. Muchos esperaban una segunda vuelta para las presidenciales. El MPP (Movimiento del Pueblo por el Progreso) ha visto como su candidato ha pasado en la primera vuelta con una mayoría clara. La otra sorpresa es que esta fuerza política no ha obtenido la mayoría en el seno del parlamento ya que ha conseguido 55 diputados de los 127. Al final, el antiguo partido en el poder ha llegado a ser la tercera fuerza con 18 diputados, lo que nadie pudo predecir.
Las elecciones con sus resultados aceptados por todos marcan el final de la transición política en Burkina y son portadoras del espíritu de vuelta a la paz, la cohesión social y la estabilidad.

¿Cuáles son las causas de la elección de Roch Marc Christian Kaboré en la primera vuelta con una mayoría absoluta del 53,49%?
Las causas se apoyan en dos factores: el candidato y su partido.
Roch encarna paradójicamente la continuidad y la ruptura al mismo tiempo. Emergió del CDP (Congreso por la Democracia y el Progreso) y de la gestión de Compaoré. A los ojos de un sector importante de la población, él está provisto de la experiencia necesaria como hombre de estado para gobernar el país. Su temperamento y las relaciones adquiridas a lo largo de sus diferentes funciones asumidas en su pasado han sido una ventaja con la que los otros candidatos no contaban. Estuvo en la oposición y contribuyó a la insurrección. En él encontramos también la posibilidad de romper con el sistema pasado, corregir las malas prácticas y ofrecer a Burkina la oportunidad de renovación política.
El otro factor de la victoria es el MPP. Sus fundadores han sido durante mucho tiempo los dirigentes del CDP, el antiguo partido en el poder. El MPP, fundado en 2014, ha podido heredar del CDP una cierta forma de implantación sobre el territorio así como las estrategias de movilización. Sus principales responsables han asegurado a su nuevo partido los recursos financieros necesarios. Fuerza principal de la transición, el partido se ha beneficiado igualmente del acompañamiento de ciertas autoridades de la transición.

En su opinión, ¿Roch March Christina Kanoré está preparado para ser el presidente que de relevo a la era de Compaoré?
Él tiene las competencias necesarias. Su experiencia, la coalición que asegura la mayoría que el MPP no ha tenido y el acompañamiento prometido por los socios constituyen un potencial valioso. Todo dependerá de la forma en que él lo gestione.

¿Por qué Zéphirin Diabré, jefe de la oposición desde 2012 y presidente de su partido el UPC (Unión por el Progreso y el Cambio) desde 2010, no ha sido capaz de ganar estas elecciones presidenciales?
El señor Diabré tenía todo a su favor. Él ha sido buen dirigente como opositor. Dos años después de la creación de su partido se ha encontrado como tercera fuerza política, primera de la oposición. Su lucha como jefe de la oposición ha sido determinante en la  descalificación de Blaise Compaoré. Desafortunadamente, las cuestiones ideológicas (como liberal), las cuestiones sociológicas (es una pena también esta triste realidad, la pertenencia étnica) y el error de apreciación con respecto al CDP (¿qué ganaba él declarando oficialmente rechazar cualquier acuerdo?) han influido negativamente.

¿Por qué el antiguo partido en el Poder (CDP) no ha presentado candidato a las presidenciales?
Es una cuestión que permanece vigente. En el futuro los especialistas en derecho podrán quizás aclararnos esto. Creo saber que el proceso de revisión del artículo 37 no era anticonstitucional y parecía legal. La prueba es que entre todas las leyes que el Consejo Nacional de Transición ha votado recientemente, figura el bloqueo del artículo 37 (no ha estado por lo tanto bloqueado antes). Las disposiciones del nuevo código electoral adoptadas en abril de 2015, que excluían a las personas que hayan sido impugnadas, han sido objeto del fallo del Tribunal de Justicia de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados del África Occidental) quien ha condenado al gobierno de Burkina y ha hecho las recomendaciones que aparentemente han quedado en papel mojado.  Por lo tanto, éstas son disposiciones que el Consejo Constitucional ha considerado en ilegalidad en los recursos para invalidar las candidaturas de los antiguos dirigentes. El candidato del CDP a las elecciones presidenciales ha sido por lo tanto sancionado sobre esta base.

¿Cómo valora usted el resultado de las elecciones legislativas donde el CDP se convierte en la tercera fuerza política del país después del MPP y el UPC?
Este resultado, como he indicado más arriba, constituye una de las sorpresas del escrutinio. El resultado prueba que si el CDP no se hubiera enfrentado a las limitaciones a las que se ha enfrentado, hubiera podido ocupar la segunda posición. Esas fuerzas que han limitado hay que recordar que han sido en primer lugar, la voluntad  declarada de disolver el CDP al día siguiente de la insurrección, el código electoral que ha marcado de inelegibles a numerosos candidatos, además de la demonización del CDP tras el golpe de estado fallido de septiembre de 2015 (acusado el partido ha visto sus cuentas congeladas)
Se hubiera podido tener más, si de su parte hubiera tenido más visión; aceptar las lecciones inherentes a la insurrección, hacer perfil bajo, estar más en terreno. A menudo, se han escuchado desafortunadamente declaraciones poniendo en entre dicho la insurrección, lo que ha reducido fuertemente la simpatía de la que se beneficiaban.

¿Piensa usted que el CDP y el MPP podrían llegar a acuerdos puntuales en el nuevo parlamento?
Por el momento es difícil saberlo debido a las numerosas contradicciones, antes y durante la insurrección.

¿Ha sido realmente la modificación del artículo 37 lo que ha provocado las manifestaciones de finales de octubre de 2014 y la salida del presidente Compaoré?
Es cierto que la tentativa de revisión del artículo 37 ha sido un elemento detonante de la insurrección, pero no podría por si misma justificar lo que ha ocurrido.
El poder del CDP es una herencia de la revolución de agosto de 1983. Después de estos años, los logros de la gestión revolucionaria han sido eclipsados por la vuelta a las prácticas que antes habían despertado esta revolución. Con la desaparición del bloque del Este y la vuelta a la “vida constitucional normal”, la gestión rigurosa, el interés del bien público y la integridad se han desmoronado progresivamente frente a las condiciones de vida cada vez más difíciles de las masas trabajadoras. Ellas en su mayoría han estado más despiertas y conscientes durante la revolución. El fenómeno de empobrecimiento se ha notado más en los grandes centros urbanos (principalmente en Ouagadougou y Bobo-Dioulasso) donde muchos jóvenes acuden en busca de empleo y de mejores condiciones de vida. El poder lo ha comprendido y ha lanzado en 2010 el programa especial de creación de empleo para los jóvenes y las mujeres (PSCE/JF) pero era ya tarde.
No es un secreto que la corrupción que el poder no ha podido frenar, ha provocado un hartazgo, además de la injusticia y la impunidad (frente a los crímenes económicos y de sangre)
Ha sido una crisis sociopolítica generalizada en la que los soldados amotinados en 2011 fueron una señal. La insurrección de fin de octubre ha sido la consecuencia del efecto de las fuerzas políticas sindicales y de la sociedad civil.


¿Cómo vivió usted esa semana de manifestaciones?
Perteneciendo al CDP, fue un periodo difícil. El proceso de revisión del artículo 37 era suicida, todo el mundo lo sabía, pero estábamos lejos de imaginar que la crisis llegaría a tal umbral. En vista de todas las pérdidas humanas, los numerosos daños, el fracaso de las instituciones y la dimisión de Blaise, fue una semana de amargura.

Tres días después de las manifestaciones Compaoré dimitía, ¿a qué se debe una salida tan rápida?
La persistencia de las manifestaciones, a pesar de la retirada del proyecto de ley, y la disolución del gobierno, no dejaron otra opción a Blaise si quería evitar un baño de sangre.

¿Cuáles han sido los errores que su partido ha cometido a lo largo de los 27 años de gobierno?
El CDP, después de su creación, ha sido construido sobre la base de la fusión y el reagrupamiento de partidos políticos. Ese amplio reagrupamiento ha creado un gigante con pies de arcilla. Un gran partido bien instaurado con capacidad de movilización que le ha permitido ir ganado las elecciones. Sin embargo, ha faltado cohesión debido a la existencia de clanes rivales en su seno, que lejos  de ser una confluencia de ideas, expresaba más sobre las cuestiones de posicionamiento.
La mayor parte de responsables del partido han hecho su camino en el movimiento estudiantil, donde se han formado. En lugar de construir un partido bien estructurado y asegurar la formación de los jóvenes, han estado centrados en los puestos dentro de las diferentes instituciones, dejando a un lado las cuestiones estratégicas tales como el tipo de sociedad a construir y la consideración de las aspiraciones reales de las masas populares. Los ejecutivos han estado marcados por el desgaste del poder, se han dejado llevar por la corrupción del nepotismo y el clientelismo, que han hecho pedazo los valores proclamados por el partido.

Dos hombres han sido los protagonistas de la transición, Yacouba Isaac Zida y Michael Kafondo, ¿cómo valora usted el rol de cada uno de ellos en este año de transición?
Pienso que ellos han sido lanzados a escena sin estar preparados. No han tenido la tarea fácil, las expectativas eran numerosas (a menudo contradictorias). Para algunos, debieron centrarse en la organización de elecciones, para otros les hizo falta refundar el país y crear una nueva Burkina.
A duras penas los dos han podido llevar la transición a buen puerto. Para dar cuenta de sus errores, ellos no han tomado el tiempo necesario para medir la situación y han tomado compromisos difíciles de realizar, por lo tanto cierto populismo ha empañado su imagen.

Al día siguiente de la insurrección del octubre de 2014, todos los alcaldes han sido despedidos, ¿por qué ha sido tomada esta medida? Como alcalde que ha sido, ¿cómo vivió esta decisión? ¿Ha temido usted por su seguridad o la de su familia?
Tras la insurrección, los organismos de la sociedad civil han reivindicado la revocación de los alcaldes. En Bobo-Diuolasso la reivindicación ganó, en Ouahigouya, después Koudougou, las autoridades de transición han disuelto finalmente todos los consejos de colectividad. ¿Tenían necesidad de llegar hasta ahí? Desde mi punto de vista esta medida, de dudosa legalidad, ha respondido más a móviles políticos. En todo momento, en virtud de la moción de censura, los consejos municipales pueden volver a poner a sus alcaldes. Allí donde el alcalde estaba cuestionado era suficiente con pedir el pronunciamiento del consejo municipal sobre el caso, en lugar de revocar todos los consejeros elegidos por la población. De este modo, un duro golpe se dio contra la descentralización. Habrá quizás pronto nuevas elecciones locales, pero la reanudación será difícil en las comunidades.
El periodo ha sido vivido con mucha angustia, con todas esas amenazas sobre nuestras familias y nuestros domicilios. Afortunadamente, hemos estado bien apoyados durante el proceso, lo que quizás ha permitido evitar lo peor.
Después llegó el cierre de nuestras oficinas el día después de la disolución de los consejos municipales. Hasta hoy desconozco el por qué de esta medida. El rechazo de la comunidad no era hacia la oficina del alcalde sino hacia la administración fiscal estatal sin la que ningún alcalde puede cometer un acto indigno.


¿Cuáles son las razones por las que Diendéré Gilbert ha dado el golpe de estado del 16 de septiembre de 2015, a tres meses de las elecciones?
Las razones dadas por él mismo son que hay medidas de exclusión políticas, el no respeto a la jerarquía en el seno de las fuerzas armadas y las leyes relativas a los delitos de prensa. ¿Estos motivos son reales o supuestos? Es difícil responder a esta pregunta. Esperaremos a ver, quizás se aclarará tras su juicio.

Desde la salida de Compaoré del país hasta las elecciones de noviembre de 2015, ¿qué papel ha jugado la comunidad internacional?
La puesta en marcha de órganos de transición, la traspaso del poder a un civil no hubiera sido posible sin el acompañamiento de la comunidad internacional que ha seguido apoyando a Burkina Faso hasta las elecciones, sin olvidar la presión ejercida sobre los autores del golpe.

¿Cuál ha sido la mayor contribución del partido de Compaoré?
La insurrección ha puesto al descubierto los errores cometidos durante los 27 años al frente del país. Pero no solo hay errores, ya que también ha habido derechos adquiridos y el CDP ha sido uno de los artífices. La gran contribución para mí ha sido la estabilidad política y la instauración de un clima que ha permitido al país hacer avances.

Roch será el presidente de Burkina durante cinco años, ¿cómo prevé usted este periodo?
Como he dicho anteriormente, él tiene el potencial necesario para tener éxito y lo conseguirá si se aplica. Los burkinabes tienen sed de justifica, pues al MPP muchos han acudido, incluso aquellos que arrastran cacerolas, sin olvidar gente de su entorno sospechosos de delitos económicos y de sangre. ¿Cómo va él a manejar esta situación? ¿Será el mismo quien instaure un buen gobierno?
Las organizaciones de trabajadores han asegurado no dejar un tiempo de observación en cuanto a la resolución de sus reivindicaciones. ¿Le permitirá la situación del país satisfacerlas? ¿Qué solución si no?
Los burkinabes esperan ver cómo lo resuelve, su tarea no será nada fácil.

En su opinión, ¿cuáles son los principales problemas a los que el nuevo presidente debe enfrentarse?
Las cuestiones pendientes en justicia, principalmente los expedientes de crímenes de sangre, el incivismo que crece, el empleo para los jóvenes, las reclamaciones del mundo laboral y la lucha contra la corrupción. Las cuestiones de seguridad y la mejora de las relaciones con los países vecinos para empezar.

¿Cuáles son los factores necesarios para devolver la estabilidad a Burkina Faso en el futuro próximo?
El respeto a las reglas republicanas, la lucha contra la injusticia y la mejora de las condiciones de vida de la población. 

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